El Consejo de Seguridad Pública evaluó ayer la situación interna del país, tras el amotinamiento protagonizado el jueves por un grupo de policías que protestaba por la aprobación de la Ley de Servicio Público, que -según dijeron- les perjudica.
La ministra de la Política, Doris Soliz, habló de la posibilidad de modificaciones a la Ley de Servicio Público. También dijo que el Gobierno continúa evaluando la muerte cruzada.
“En el Gobierno aún hay temor por un nuevo golpe de Estado (…) dentro de la Policía, y en ciertos líderes políticos todavía parece que hay brotes insurgentes”, dijo el canciller Ricardo Patiño.
“Por el momento”, la situación fue superada, afirmó el ministro, pero aseguró que el régimen “no puede confiarse, ni estar tranquilo. El intento golpista posiblemente tenga algunas raíces que hay que buscarlas y destruirlas”, enfatizó.
Incluso, el secretario de Seguridad, Miguel Carvajal, reveló que durante las horas más críticas en las que el presidente Rafael Correa estuvo secuestrado, Inteligencia Militar interceptó una comunicación entre un grupo de policías, “en el que decían (que el Presidente) se vaya a Nono”.
A criterio del funcionario, esto podría ser interpretado o significar que quisieron desaparecer al Mandatario. En todo caso recalcó que las investigaciones para determinar a los responsables no se detendrán.
Por su parte, el ministro del Interior, Gustavo Jalkh, quien fue ratificado en sus funciones, desmintió rumores en torno a que, durante los minutos posteriores a la agresión de Correa en el Regimiento Quito, este habría abandonado al Mandatario. “Nunca abandoné al Presidente, lo que hice fue diseñar un operativo de seguridad en el hospital, estaba trabajando por la seguridad del Presidente”, afirmó.
Jalkh hizo esta aclaración en el Salón Azul de la Presidencia, acompañado de la nueva cúpula policial encabezada por el general Patricio Franco y conformada por Nelson Argüello, Wilson Alulema y Rodrigo Suárez. Allí el ministro también anunció la decisión del Presidente de decretar tres días de duelo nacional por la muerte de tres personas, provocada por la revuelta policial.
En tanto, ayer, la seguridad en Carondelet fue redoblada. Alrededor de 300 militares acordonaron el Palacio dos cuadras a la redonda e impidieron el acceso a sus inmediaciones, incluso a simpatizantes de PAIS, quienes intentaban aproximarse para expresar su apoyo al Jefe de Estado.
En la casa presidencial, Correa desarrollaba actividades de despacho, con las que retomó su ritmo habitual después de las casi 12 horas que permaneció aislado en el Hospital de la Policía. Los soldados, armados con fusiles, montaron un nutrido cerco a Carondelet, adonde solo podían ingresar los funcionarios del Gobierno y miembros de la prensa. (SCC)
PSP pide a Correa probar acusación de conspiración
A los militantes del Partido Sociedad Patriótica (PSP) les preocupa la ‘fijación’ que el Gobierno tiene con el ex presidente Lucio Gutiérrez.
“Correa le ha dado el nivel de omnipotente: protestaron los indígenas, los mineros, los universitarios, ahora los policías y siempre dice que detrás está Lucio Gutiérrez”, reclamó su hermano Gilmar, en la sede del partido.
Tras la revuelta de los policías, el asambleísta se dio tiempo para ir al dentista pero también para desmentir que el PSP hubiese planificado un golpe de Estado usando a la fuerza pública. Y es que, el jueves, el Presidente aseguró en varias ocasiones que Lucio (Gutiérrez) “estaba en esa conspiración”.
En igual sentido se pronunciaron varios legisladores oficialistas pero los Gutiérrez lo niegan y, es más, aseguran no tener ningún tipo de influencia sobre los militares y peor en la Policía. “Jamás en nuestros recorridos ingresamos a un cuartel, ni siquiera telefónicamente conversamos con los uniformados”, aseguró el legislador.
Por eso, el PSP espera que se presenten pruebas ‘contundentes’ sobre la supuesta participación de sus militantes en las protestas. Eso sin descartar posibles acciones legales en contra del Gobierno.
Desde Brasil, en donde participará como observador en las elecciones de mañana, el ex mandatario reconoció que el PSP sí quiere ‘botar’ a Correa, “pero con los votos, y que concluya su mandato para derrotarle en unas elecciones libres”.
Los dos dirigentes de Sociedad Patriótica coincidieron en que lo único que consiguió el presidente Correa al permanecer en el hospital de la Policía fue ‘victimizarse’.
Y aunque no ha sido confirmado por las autoridades militares en el país, el líder máximo del PSP aseguró que su hija Karina, quien es subteniente del Ejército, participó en el rescate de Correa.
“Papito bello: como tú sabías, mi batallón se emplea en las situaciones de emergencia. Salí al rescate y estuve en medio de los gases y los tiroteos. Yo sé que nunca arriesgarías la vida de nuestro pueblo. Por eso estoy orgullosa de ti. Te quiero mucho”, le habría escrito la joven tras la acción militar. (IGF/EFE)
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