lunes, 26 de abril de 2010

Mujer de buen corazón rascató a un joven esmeraldeño de las drogas

Octavo Ciclo de Comunicación Social


UTLVTE-Extensión La Concordia.



Gracias a la ayuda oportuna de la Licenciada de Optometría, Martha Quevedo Mendoza, nacida en la provincia de Manabí, Cristian Lemos, un Joven esmeraldeño que desde muy tierna edad abandonó su casa para vivir en las calles sumido a las drogas y el alcohol, hizo que salga adelante y se reincorpore a la sociedad.

Cristian Lemos

El abandono que sufriera cuando apenas tenía ocho meses de nacido, hizo que Birmania Lemos Quintero, al verlo solo y desamparado lo tomara entre sus brazos y lo llevara a su hogar, para darle todo lo que con enorme sacrifico pudo, pero la frustración que arrastraba Cristián por el abandono de su madre, Gloria González Franco y el deseo incontrolable de saber por qué su madre lo abandonó a tan corta edad, dio cabida a que en su corazón se radique la amargura y desesperación, razón por lo que a la edad de 17 años abandonó su hogar y se dedicó a deambular por las calles.

Cuando se encontraba bajo el efecto de las drogas no sabía lo que hacía, por eso no supo por qué le golpearon en la cabeza, en la actualidad tiene 30 años de edad y aún no se recupera de los golpes que le propinaron ya que fueron muy fuertes.

Pese a ello dice que se siente contento porque aquello fue lo que le brindó la oportunidad de conocer a la Licenciada Martha cuando los dolores de cabeza le empezaron a afectar los ojos, acudió al centro optométrico y se encontró con la sorpresa que aún existen personas caritativas y de un corazón enorme para con el prójimo.

Ella brindó toda su ayuda a una persona que acababa de conocer, sin importarle que era un joven de la calle, le propuso curarlo sin cobrarle un centavo y además lo incentivó para que instale un negocio como es el de vender jugos para lo que le hizo construir un triciclo especial, y además le brindó toda la ayuda para que compre lo necesario e inicie su propio negocio, del que en las actualidad está muy agradecido y feliz de poder tener una vida digna y sin drogas.

Este joven vive en Santo Domingo de los Tsáchilas y le pide a Dios que ilumine el corazón de las personas, para que se incremente la bondad que día tras días existan menos niños en las calles. Y sus amigos de esmeraldas y del País que busquen ayuda, y paren se sufrir, no descarta volver a su provincia, pero “con resultados positivos qQuiero tener un país libre de violencia”, manifiesta Cristian por eso me preocupa el problema de la Concordia con Esmeraldas.

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